jueves, 18 de marzo de 2010

CESAR ABRAHAM VALLEJO MENDOZA



" Y me retiro hasta azular, y retrayéndome endurezco, hasta apretarme el alma!"

César Abraham Vallejo Mendoza

(Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892 - París, 15 de abril de 1938), poeta, narrador y periodista peruano considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "el más grande poeta universal después de Dante", halago que no hace más que confirmar el enorme legado del poeta del "dolor humano", quien revolucionó la forma y el fondo de sentir y escribir poéticamente.


BIOGRAFÍA

César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, el 16 de marzo de 1892, pueblo en una zona alta de la región de La Libertad, en el Perú. Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. César fue el menor de once hermanos. Su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos. Era un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, según recordó César González Ruano, en una entrevista publicada en El Heraldo de Madrid, el 27 de enero de 1931.

Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó de muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros poemas. Sus estudios primarios los realiza en el Centro Escolar No. 271 del mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudia la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco.

En 1910 se matricula en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, pero debido a la carencia económica retorna a su pueblo, con el propósito de trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en sus tareas administrativas de gobernador y toma contacto con la realidad de los trabajadores de las minas de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su novela El Tungsteno.

En 1911 viaja a Lima para matricularse en la Escuela de Medicina de San Fernando, pero nuevamente abandona el claustro universitario por razones económicas o tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Consigue un empleo de preceptor privado de los hijos de un rico hacendado de Acobamba (Junín, sierra central peruana), trabajo en el que permanece durante siete meses. Luego regresa a Trujillo, y en 1912 consigue un modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle de Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación del indio.

En 1913 regresa a Trujillo con el propósito de retomar sus estudios universitarios en Letras. A fin de costearse sus estudios, trabaja como preceptor en el Centro Escolar de Varones Nº 241, y luego como profesor del primer año de primaria en el Colegio Nacional de San Juan, donde tuvo como pequeño alumno a Ciro Alegría, quien después sería un gran novelista. El 22 de septiembre de 1915 se gradúa de Bachiller en Letras con su tesis "El romanticismo en la poesía castellana".

En 1916 frecuenta con la juventud intelectual de la época agrupada en la "bohemia trujillana", también conocido como el "Grupo Norte", donde figuran Antenor Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Juan Espejo Asturrizaga, Macedonio de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publica sus primeros poemas en los diarios y revistas locales (algunas de las cuales son recogidas por publicaciones de Lima) y se enamora de María Rosa Sandoval, joven atractiva e inteligente, que fue la musa inspiradora de algunos de sus poemas de Los heraldos negros.

En 1917 conoce a “Mirtho” (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años con quien sostiene un apasionado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta suicidarse a causa del desengaño. Sea como fuese, es convencido por sus amigos para viajar a Lima a fin de proseguir sus estudios en la Universidad de San Marcos y conseguir su doctorado en Letras y Derecho. Se embarca en el vapor Ucayali, y llega a Lima el 30 de diciembre de 1917. Conoce a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Se encuentra con Clemente Palma, que había sido un furibundo detractor de su obra poética (había calificado de mamarracho su poema El poeta a su amada), pero quien esta vez le da muestras de respeto. Llega a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los más jóvenes consideraban entonces un maestro y guía. También conoce a Abraham Valdelomar y a José Carlos Mariátegui, con quienes hace profunda amistad. Asimismo, publica algunos de sus poemas en la Revista Suramérica.

En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de ese año muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo consigue la plaza de director del plantel. Se enreda en otra tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva, una muchacha de 15 años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde su puesto en el colegio. Otilia será después la inspiradora de varios de sus poemas de "Trilce". En 1919 consigue empleo como inspector disciplinario y profesor de Gramática Castellana en el Colegio Guadalupe.
Ese año de 1919 ve la luz su poemario Los heraldos negros, que muestran aún las huellas del modernismo en su estructura. El poeta toca la angustia existencial, la culpa personal y el dolor, como, por ejemplo, en los conocidos versos "Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no sé!" o "Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo". Circularon relativamente pocos ejemplares, pero el libro fue bien recibido por la crítica.

Su madre había fallecido en 1918. La nostalgia familiar lo empuja, en mayo de 1920, a retornar a Santiago de Chuco. El 1º de agosto ocurre el incendio y saqueo de una casa del pueblo, perteneciente a la familia Santamaría, suceso del que se le acusa injustamente como participante y azuzador. Se esconde pero es descubierto, apresado y arrojado en un calabozo de Trujillo donde permanecerá durante 112 días (del 6 de noviembre de 1920 al 26 de febrero de 1921). En la cárcel escribe la mayoría de los poemas de Trilce y los relatos de Escalas melografiadas.

En febrero de 1921 sale en libertad condicional y se dirige nuevamente a Lima, donde su cuento Más allá de la vida y de la muerte fue premiado en un concurso literario.
El monto del premio le permite financiar otras publicaciones literarias. En octubre de 1922 sale a la luz su segundo poemario: "Trilce", prologado por su amigo Antenor Orrego. Es recibido tibiamente por la crítica, que no alcanzaba aún a comprender la literatura de vanguardia. Salvo por el propio Antenor Orrego, quien dijo de su amigo poeta que "a partir de este sembrador se inicia una nueva época de la libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación verbal".

Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años 1920 y '30. En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática y otras técnicas utilizadas por los movimientos "dadá" y "surrealista". Se adelantó a la renovación del lenguaje literario que después ensayaría Vicente Huidobro en su poemario Altazor (1931) y James Joyce en su relato onírico Finnegans Wake (1939).

En marzo de 1923, Vallejo publica una corta edición de Escalas o Escalas melografiadas, colección de relatos y cuentos, algunos ya vanguardistas.
Otra narración suya, titulada Fabla salvaje, fue publicada el 16 de mayo de 1923 en la serie “La novela peruana” dirigida por Pedro Barrantes Castro.

Es admitido nuevamente como profesor en el Colegio Guadalupe, puesto en el cual no durará mucho, pues será declarado cesante. Hastiado de la mediocridad local, tenía ya sus miras puestas en el Viejo mundo. Con el dinero que le adeudaba el Ministerio de Educación, se embarca rumbo a Europa, de donde no regresará más.

Viaja en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923,con una moneda de quinientos soles.
Arriba a París el 13 de julio.
Sus ingresos provenían del periodismo, si bien ofició también de traductor, pero siempre serían insuficientes. Escribía para el diario El Norte de Trujillo, y las revistas L'Amérique Latine de París, España de Madrid y Alfar de La Coruña.

Sus dos primeros años en París fueron de mucha estrechez económica, al punto que muchas veces tuvo que dormir en la intemperie. Inicia su amistad con el escritor español Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con importantes intelectuales como Pablo Neruda y Tristán Tzara.

A principios de 1924 recibe la noticia de la muerte de su padre.
En octubre es hospitalizado en un hospital de caridad pública, a consecuencia de una hemorragia intestinal. Fue operado y pudo restablecerse.

En 1925 empieza a trabajar como secretario de la recién fundada Les Grands Journaux IberoAméricains ó Los Grandes Periódicos Iberoamericanos, una vasta organización publicitaria. También empieza a colaborar para la revista limeña Mundial. Ese año el gobierno español le concede una modesta beca para que pudiera continuar sus estudios universitarios de Derecho en España. En los dos años siguientes visitará periódica y brevemente Madrid a fin de cobrar a plazo fijo el monto de la beca, aunque sin estudiar; en octubre de 1927 renunciará a dicha beca. Nunca logró doctorarse en Letras ni en Derecho.

En 1926 renuncia a su trabajo en Los Grandes Periódicos Iberoamericanos y conoce a su primera compañera francesa, Henriette Maisse, con quien convivirá hasta octubre de 1928. Con Juan Larrea funda la revista Favorables París Poema, y con Pablo Abril de Vivero el semanario La semana parisién. Ambas publicaciones tuvieron vida efímera. Empieza a enviar colaboraciones para la revista limeña Variedades.

En 1927 conoce en París a Georgette Marie Philippart Travers, una joven de 18 años que vivía con su madre en un departamento situado al frente del hotel donde se hospedaba. Profundiza sus estudios sobre el marxismo. Aparece una narración suya en Amauta, la revista que fundara en Lima su amigo José Carlos Mariátegui y la que también reproduce varias de sus crónicas periodísticas.

En abril de 1928 nuevamente enferma de gravedad, pero se recupera a los pocos meses. Todavía le acompañaba Henriette. Empieza a interesarse con más ahínco por las cuestiones político-sociales. Ese mismo año realiza su primer viaje a Rusia.

Retorna a París y funda la célula parisina del Partido Socialista del Perú, que fundara a su vez su amigo José Carlos Mariátegui en el Perú (después denominado Partido Comunista Peruano).

En 1929 empieza a convivir con Georgette (quien acababa de heredar el departamento y bienes de su fallecida madre) y junto con ella realiza un segundo viaje a Rusia. Se detiene en Colonia, Varsovia, Praga, Viena, Budapest, Moscú, Leningrado y varias ciudades italianas, antes de retornar a París. Empieza a colaborar para el diario El Comercio, como corresponsal oficial, y continua colaborando con las revistas Variedades y Mundial, labor periodística que será forzosamente suspendida en 1930 a raíz de la crisis mundial, cuando dichas revistas desaparezcan, al igual que el suplemento dominical del diario El Comercio donde se publicaban sus artículos.

En esta primera parte de su estancia parisina, que va de 1923 a 1929,
se sitúa la composición de algunos cuantos poemas (después llamados Poemas en prosa), un libro o recopilación de ensayos: Contra el secreto profesional y un proyecto de novela incaica: Hacia el reino de los Sciris, todos los cuales serían publicados póstumamente, a excepción de algunos ensayos y relatos sueltos. La razón de esta parquedad de creaciones literarias se debía a que se hallaba más absorbido en
producir artículos y crónicas para diarios y revistas pane lucrando.

En 1930 viaja a Madrid a raíz de la publicación de su poemario Trilce, que señaló el descubrimiento de su poesía en España, donde fue sometida a la crítica. Retorna a París pero al poco tiempo es expulsado, acusado de hacer propaganda comunista.

Junto con Georgette vuelve a Madrid. Allí es testigo de la caída de la monarquía
borbónica y la proclamación de la Segunda República Española (1931); se relaciona también con grandes literatos españoles como Miguel de Unamuno, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego y José Bergamín. Publica también su novela proletaria El Tungsteno, y su libro de crónicas y ensayos Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin, obra ésta que se convirtió en un betseller, al tener tres ediciones en solo cuatro meses. Le niegan, en cambio, la publicación de su cuento Paco Yunque, por ser un relato “muy triste”.

En octubre de 1931 realiza un tercer y último viaje a Rusia,
para participar en el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el Régimen Soviético. Retorna a Madrid y continua con pasión su tarea literaria, pero los editores españoles se niegan a publicar sus obras de teatro Lock-out y Moscú contra Moscú (conocida después como Entre las dos orillas corre el río), así como su libro de crónicas: Rusia ante el segundo plan quinquenal (continuación de Rusia en 1931), y su recopilación de ensayos: El arte y la revolución. La razón principal: por ser obras de carácter marcadamente marxista y revolucionario. Por esta época empieza también a escribir (hasta 1937) una serie de poemas que póstumamente serían recopilados y publicados con el título de Poemas humanos.

En 1932 decide regresar a París, al ser levantada la anterior restricción de ingreso. Ese año Georgette es hospitalizada por un mal causado por los continuos abortos provocados (según testimonio de Juan Larrea, amigo y biógrafo de Vallejo). Pero se recupera. En 1933 Vallejo escribe un extenso artículo, publicado por entregas en el "Germinal" de París, titulado “¿Qué pasa en el Perú?”, sobre la realidad peruana. Por ese tiempo deambula por pensiones y hoteles parisinos en medio de una gran angustia económica.

En 1934 se casa por lo civil con Georgette. Por entonces termina de escribir otra de sus obras teatrales: Colacho Hermanos o presidentes de América, sátira contra los gobiernos latinoamericanos sumisos al imperialismo yanqui, pero que ningún editor se animó a publicar. También le rechazan otro libro de ensayos que quiso dar a la prensa: Contra el secreto profesional. Entre 1935 y 1936 escribe diversos cuentos, titulados: El niño del carrizo, Viaje alrededor del porvenir, Los dos soras y El Vencedor, bocetos narrativos que serían publicados años después de su muerte.

En 1936, al estallar la Guerra Civil Española, colabora con mucho fervor en la
fundación del “Comité Iberoamericano para la Defensa de la República Española”, y de su vocero, el boletín “Nueva España”. Le acompaña en esa labor Pablo Neruda.

En diciembre de dicho año viaja por unos días a España,
pasando por Barcelona y Madrid, preocupado por el desarrollo de los acontecimientos. En julio de 1937 vuelve por última vez a España para asistir al “Congreso Internacional de Escritores Antifascistas”. Visita Barcelona, Valencia, Jaén y el frente en Madrid. De vuelta a París, es elegido secretario de la sección peruana de la "Asociación Internacional de Escritores".
Entre septiembre y noviembre de 1937 escribe sus últimas composiciones líricas de Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz;
así como el drama de tema incaico "La piedra cansada".

A inicios de 1938
se encuentra trabajando en París como profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufre de agotamiento físico. El día 24 de marzo es internado por una enfermedad desconocida (después se supo que fue la reactivación de un antiguo paludismo que sufrió de niño) y entra en crisis el 7 y el 8 de abril.

Fallece el 15 de abril del '38, un viernes santo con llovizna en París,
pero no un jueves con aguacero, como escribió en un poema famoso (Piedra negra sobre una piedra blanca). Se le realiza un embalsamamiento. Su elogio fúnebre estuvo a cargo del poeta francés Louis Aragon. El 19 de abril sus restos son trasladados a la Mansión de la Cultura y más tarde al cementerio de Montrouge.
El 3 de abril de 1970, Georgette Philippart, cumple uno de los sueños más caro del poeta y traslada sus restos al cementerio de Montparnasse y escribe en su epitafio:
“He nevado tanto, para que duermas”.


OBRAS LITERARIAS

Vallejo abarcó prácticamente todos los géneros literarios: Lírica, Narrativa (novelas y cuentos), Dramática (obras teatrales) y Ensayística. Se debe también mencionar su copiosa labor periodística (crónicas y artículos).


LÍRICA

Es comúnmente aceptado que la lírica es en donde Vallejo alcanza
su verdadera expresión y sus más altas cotas. Veámosla por orden de aparición:

LOS HERALDOS NEGROS

Los heraldos negros (Lima, 1919) reúne poesías de filiación modernista , pero que son a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación expresiva. La muerte, el dolor, la conciencia de orfandad, el absurdo, el hogar de infancia, son algunos de los temas que Vallejo ya empieza a tratar desde este poemario con un acento muy personal.

El primer poema de la serie da título al libro
y se refiere a los momentos en que la muerte, o el simple paso del tiempo, nos dan una señal angustiosa, cual sacudida.

"...son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema." Esta imagen, en realidad tan fundada como innovadora, fue objeto de burla de Miguel de Unamuno, ya que el anquilosamiento retórico en que se hallaba la poesía y la literatura española por aquellos tiempos, aún no podía permitir entender que se pudiera extraer lo profundo de lo cotidiano, incluso de lo doméstico.


TRILCE

El poemario Trilce (Lima, 1922) significa la creación de un lenguaje muy personal y coincide con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial. La perplejidad del poeta ante el mundo se ha acrecentado: la pérdida de la madre, los fracasos amorosos, la experiencia de no ser aceptado totalmente en Lima y su estadía en una lóbrega cárcel de Trujillo, son los principales acontecimientos que marcan el profundo sentimiento de exclusión del poeta. Estas experiencias forjan en él ese sentimiento de ser humano preso de la existencia o de la sociedad y son el origen del desgarramiento del poeta (que se evidencia también en las distorsiones a las que somete el lenguaje), del dolor infinito que encierra cada poema, y de su densidad y hermetismo.

De esta obra dijo el mismo autor:

"El libro ha nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo toda la
responsabilidad de su estética. Hoy, y más que nunca quizás, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida obligación sacratísima, de hombre y de artista: ¡la de ser libre! Si no he de ser hoy libre, no lo seré jamás (...) ¡Dios sabe cuánto he sufrido para que el ritmo no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje! ¡Dios sabe hasta qué bordes espeluznantes me he asomado, colmado de miedo, temeroso de que todo se vaya a morir a fondo para que mi pobre ánima viva!"


POEMAS EN PROSA

Poemas humanos Fueron publicados por la esposa del poeta después de la muerte de Vallejo, englobados bajo el título común de Poemas humanos (París, 1939). Es una obra de poesía social, con esporádicas tomas de posición ideológicas profundamente humana. Casi todos los poemas de este libro son póstumos, aunque unos pocos fueron publicados por Vallejo en revistas. El poeta nunca indicó un título con el cual agruparlos, pero al revisar entre sus escritos se encontró que tenía planificado un libro de "poemas humanos", razón por la que sus editores eligieron titular así sus poemas en verso y en prosa.

La división de dicha obra en dos bloques titulados Poemas en prosa
y Poemas humanos apareció por primera vez en Obra poética completa (Francisco Moncloa Editores S. A., 1968).
Según Georgette, los Poemas en prosa fueron escritos entre 1923 y 1929,
y los Poemas humanos entre 1931 y 1937. Otros editores no han estado de acuerdo con esta división y han preferido mantener en un solo cuerpo todos los poemas póstumos de Vallejo, a excepción de España, aparta de mí este cáliz, el cual si había sido ordenado en forma de poemario individual por el mismo autor.

París, octubre 1936
De todo esto yo soy el único que parte.
De este banco me voy, de mis calzones
de mi gran situación, de mis acciones,
de mi número hendido parte a parte,
de todo esto yo soy el único que parte.

De los Campos Elíseos o al dar la vuelta
la extraña callejuela de la Luna,
mi defunción se va, parte mi cuna,
y rodeada de gente, sola, suelta,
mi semejanza humana dase vuelta
y despacha sus sombras una a una.

Y me alejo de todo, porque todo
se queda para hacer la coartada:
mi zapato, su ojal, también su lodo
y hasta el doblez del codo
de mi propia camisa abotonada.


ESPAÑA, APARTA DE MI ESTE CÁLIZ

España, aparta de mí este cáliz es el título de un poemario que el poeta escribió en 1937 y que fue publicado póstumamente en 1939; sin duda compendia los versos más intensos y hondos que escritor alguno llevó a cabo sobre la Guerra Civil Española.

Véase a continuación una prueba premonitoria de su amor por España y su miedo por la derrota de la justicia. Obligatoria su puesta en relación con el poema III de
Trilce, reportado más arriba, ya que en lugar de decir a los niños -en Trilce sus
hermanos- 'no salgais de casa', aquí les conmina a salir a buscar a la madre España.

Niños del mundo,
si cae España -digo, es un decir-
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!
¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae -digo, es un decir- si cae
España, de la tierra para abajo,
niños ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera hablando y habla y habla,
la calavera, aquella de la trenza,
la calavera, aquella de la vida!


¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menor de las pirámides, y aún
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae -digo, es un decir-
salid, niños del mundo; id a buscarla!...

NARRATIVA

En la narrativa de Vallejo también se aprecia su progresión ideológica.

Escalas melografiadas (Lima, 1923)
es un libro que agrupa doce relatos, divididos en dos secciones:
seis estampas lírico-narrativas (Cuneiformes) y seis relatos o cuentos psicopatológicos (Coro de vientos).
Algunos de ellos son de un sorprendente vanguardismo, poco cultivado entonces.

Fabla salvaje (Lima, 1923)
es una novela corta de carácter psicológico que aborda la locura de un campesino de los Andes.
Cercano al género fantástico.

Hacia el reino de los Sciris (terminado en 1928,
se publicó postumamente) es una nouvelle histórica de tema incaico, todavía ligado al modernismo.
Hacia 1930, influenciado por el marxismo, empezó a escribir relatos más imbuidos de la problemática social y circunscritos en el llamado Realismo Socialista.

El Tungsteno (Madrid, 1931)
es una novela desigual sobre un conflicto en una mina de los Andes.
Es una novela "proletaria" que ataca no solamente a los "gringos", sino también a los "arribistas" que imitan a los extranjeros y explotan a los pobres, los indios, y los "conscriptos" del ejército. Publicada en España, fue muy popular en la década de 1930, la de la depresión económica mundial.

Paco Yunque (escrito en 1931),
un tierno cuento infantil de denuncia social que fue rechazado por muchos editores. Finalmente fue publicado en 1951.
Ahora en el Perú, "Paco Yunque" es lectura obligatoria durante la enseñanza primaria.
Se debe mencionar también otros cuentos y relatos escritos entre 1935 y 1936, pero que dejó inconclusos:

El niño del carrizo
Viaje alrededor del porvenir
Los dos soras
El vencedor.
Su obra narrativa completa fue publicada en 1967, bajo el título de César Vallejo.
Novelas y cuentos completos (Lima, Francisco Moncloa Editores, edición supervisada por Georgette Vallejo).


TEATRO

De Vallejo se conservan 4 obras de teatro, ninguna de las cuales fue estrenada o
publicada durante su vida, aunque también se conservan los fragmentos de un drama suyo, Mampar, pero en su versión en francés y bajo el título de Les taupes (escrita entre 1929 y 1930), del que también se hacen referencias en una carta crítica del productor Louis Jouvet. Dicho drama trata del conflicto de un esposo con su suegra y se supone que el autor destruyó el original.

Las cuatro piezas teatrales que se conservan íntegramente y que fueron publicadas póstumamente (Teatro completo, Lima, Fondo Editorial PUCP, 1979, editado y prologado por Enrique Ballón Aguirre) son las siguientes:

Lock-out (1930)
drama escrito en francés; el propio Vallejo hizo una traducción al castellano que no se conserva. Trata de un conflicto obrero en una fábrica metalúrgica.

Entre las dos orillas corre el río (años 1930),
drama que fue el producto de un largo y difícil proceso. Entre los títulos de versiones anteriores se encuentran Varona Polianova, Moscú contra Moscú, El juego del amor, del odio y de la muerte y varias permutaciones de este último.

Colacho Hermanos o presidentes de América (1934).
Una sátira que expone la democracia peruana como farsa burguesa bajo presiones diplomáticas y de empresas transnacionales.

La piedra cansada (1937),
drama de tono poético ambientada en la época incaica e influida por las tragedias griegas.

ENSAYOS

Vallejo publicó un libro de crónicas titulado Rusia en 1931.
Reflexiones al pie del Kremlin (Madrid, 1931) y preparó para las prensas otro similar titulado Rusia ante el segundo plan quinquenal
(terminado en 1932 pero que fue publicado tiempo después, en 1965).

Además, organizó dos libros de prosa ensayística y de reflexión: Contra el secreto
profesional (escrito, según Georgette, entre 1923 y 1929), y El arte y la revolución
(escrito entre 1929 y 1931), que reúnen diversos artículos, algunos de los cuales
fueron publicados en revistas y periódicos en vida del autor. Ninguna editorial en

España no quiso publicar estos libros por su carácter marxista y revolucionario. Serían publicados en 1973 (Lima, Editorial Mosca Azul).


Biografía tomada de:

http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejo

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